Capitulo XI: Mi tiempo en internet pag 70

 En un principio tenia miedo de que entre aquellas personas se encontrara buscando respuesta aquella persona que me hacia plantearme tantas preguntas, aun hoy día sigo dudando si en algun momento coincidimos en aquella pagina y nos dimos consejos. 

Los que me conocían apenas podían ayudarme, un día me decían que siguiera adelante otras veces que diera marcha atrás y yo mientras como un barco en un huracán que sin gobierno se ve como se encalla en cada escollo sin saber que hace ahí. Quizás por eso tome esa decisión, quizás por eso deje aconsejarme por aquellas personas que sin conocerme me hacían un hueco en su tiempo para decirme que era lo mejor para mi. 

¿Acertaría? Quizás eso solo lo podía decir el tiempo, cometerían fallos como yo, pero hay veces que se necesita de alguien que no te conoce para que tus pasos sean mas firmes y fuertes, al menos es lo que yo entendí en aquellos momentos en los que mi desconfianza en mi mismo y mi falta de firmeza hicieron plantearme tantos interrogantes. 

Capitulo XI: Mi tiempo en internet pag 69

Buscaba las repuestas que nadie me decía, pero comencé a hacer caso a quienes me decían que me alejara de nuevo. Estuve un mes en el que prácticamente no nos veíamos, Si de verdad quería compartir algo con ella debería de dejar mis miedos aparte y echarle valor. Pero sabia que aunque no estuviera en presencia seguía muy dentro de mi.

Recibí muchos consejos, tantos que quizás el lanzar una moneda a suerte era mas una respuesta que valorar todo lo bueno y lo malo que me decían. Elimine mi miedo, eche valor, ya que como en otras ocasiones el no siempre esta presente y lo único que me podía quedar es ganar. 

Volví a preguntar a aquellos que no me veían como un loco quizás en ellos encontrara algo mas de fuerza que a mi me faltaba, esa misma que hoy me sobra pero que en aquellos momentos se escondía en mis adentros. Echarle valor es lo que queda, es lo que me podía hacer el hombre mas feliz o mas desdichado. 

Capitulo XI: Mi tiempo en internet pag 68

La vida no cambiaba y mi poca o vaga experiencia en estos casos era demasiado grande para que pusiera resultados. Muchas eran las mañanas que pasaba en casa y ya habia estado algunas veces en algun que otro foro para obtener consejos. Anteriormente no me habian ayudado mucho la verdad, quizas porque no me tomaban muy enserio o simplemente porque mis respesutas estaban ocultas en mis preguntas.

Anteriormente siempre me habian dicho que me alejara, que me volviera a mi vida de antes, solo dos personas se atrevian a decirme que si queria seguir ese camino adelante. Lo primero ya lo habia hecho y cuanto mas me alejaba mas se acercaba ella, cuanto mas intentaba irme lejos mas cerca se volvia. 

Esto no era solucion, por ello volvi de nuevo a aquella rutina de visistar mas este lugar y dejar que personas que apenas me conocian dejaran guiar mis pasos.

Capitulo X: Vuelta a la rutina pag 67

Pero el calendario se aproximaba, de nuevo otra vez los examenes,ya habia tenido una cagada, esperemos que cambie la cosa,pero dicen que es de locos hacer siempre lo mismo y esperar que las cosas cambien, quizas deba ser un loco, o alguien a quien le da miedo mirar adelante. Las tardes se me hacian eternas, mi ordenador conocia la direccion de internet de su perfil mas que mi nombre. Pasaba el tiempo preguntandome si llegaria un mensaje,una contestacion, una simple pregunta mientras miraba sus fotos y me preguntaba porque.

Las mañanas eran mas duras, llegar a clase y ver que no estaba me ponia de mal humor, quizas necesitara su sonrisa para darme cuenta de que la vida seguia y no se habia detenido o simplemente habia buscado algo que no tenia. Sabia como los horarios cambiaban, como pasar los mejores momentos en cada instante, pero siempre dudaba de que decir o que hacer

Capitulo X: Vuelta a la rutina pag 66

Habia dejado mi futuro como estudiante en una sola firma para correr tras algo que no se perdia en mi mente, pero por mucho que dejaba atras siempre habia algo que no desaparecia de mi cabeza. Intentaba estar concentrado, apuntar todo aquello que decia quien estaba subido alli, pero por mucho que lo intentaba cada vez se me daba peor.

Miraba hacia aquel asiento, desde donde yo estaba se podia ver todo, quizas por eso me sentaba alli, o simplemete era porque asi podia mirar a quien tanto estaba en mi cabeza. Entre segundos libres apuntaba y miraba para ver que el tiempo pasaba como cada dia y yo seguia sentado en aquel banco, escribiendo en los folios, unas veces su nombre y otras dibujando su sonrisa. La clase termino,ella se marchaba sin mediar palabra y yo seguia sentado en aquel banco un dia mas dandome cuenta de que no iba a ningun lado.

Capitulo X: Vuelta a la rutina pag 65

Sali como un cohete,como si tuviera demasiada prisa por coger los apuntes, cosa que no me impresionaba. Mire el reloj, aun faltaban cinco minutos, me daba para un café que templara mis nervios. Lo tome y corrí hacia la clase, ella estaba en la puerta, sola, esperando algo, entre y salude con una sonrisa. Sus palabras fueron, parece que has visto al diablo, conteste aun no creo que este en el infierno, yo mas bien me gusta tocar el cielo, sonreí y ella devolvió la sonrisa. 

Me senté solo, esa mañana quería estar tranquilo, había hecho un examen con apenas cuatro números y no me importaba, estaba contento solo porque ella me había sonreído. Pensaba en mis cosas y a cada momento paraba para mirar a su mesa, y en cada descuido su mirada se encontraba con la mía, que estaba perdida en su pelo azabache. 

Capitulo X: Vuelta a la rutina pag 64

Creo que nada ha cambiado, seguimos igual que antes, ella debe de jugar al despiste y yo seguiré viendo como pasan los días. Y así un día tras otro pasando los días que restan de enero. Pero algo cambia, algo que no sabría como explicar. Esa mañana tenia un pequeño examen sin importancia, de esos en los que entras a probar suerte y este era uno de ellos. Comenzaba a las nueve y a las diez tenia clase como siempre, intente correr todo lo posible para terminarlo, apenas tenia mas que el nombre y cuatro cuentas, pero en mi mente no había genética, había una imagen de una morena de ojos castaños y pelo azabache. 

Firme en la hoja de presencia y entregue el examen, la profesora echo una sonrisa, pero la mía era mas grande.