La mañana continuaba, pero esta vez sin ella, al menos unas horas de tranquilidad, clases en las que poder antender, pero no era mi dia, nada mas terminar la segunda clase ya estaba alli. Se dirigio a mi y sus palabras exactas fueron, he realizado tu trabajo, lo que tu no has tenido huevos de hacer. Mi cara era un poema, me habia puesto a caldo delante de mis compañeros. Y si encima era poca la leña, me quedaba toda la tarde para aguantar las puyas.
Se marcho y de nuevo me sente en mi sitio, habia llegado mi compañero. Como siempre nos dedicabamos a sacar unas pequeñas risas poniendo pequeños motes a los que salian de la clase. Me pregunto que me habia dicho cierta señorita y la verdad es que le dije que nada.
Miraba el reloj y no queria que la clase terminara, me esperaba dos horas antes de las practicas para comer y si, ella se habia autoinvitado al grupo. Nos sentamos a la mesa como siempre los amigos y de repente cuando ya estaba mi sonrisa en los labios echandola de menos llego. Se sento a la mesa con nosotros, concretamente frente a mi.
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