El tiempo se me hacia eterno sentado en aquella parada del bus, escuchando a quien no podía mirar sus ojos, escuchando a quien hace unos días no sabia ni siquiera su nombre. ¿Era mi amiga, compañera, conocida? la verdad es que aun han pasado los años y quizás no sepa que responder. Mis palabras en aquel momento se podian contar con los dedos de una mano. Por fin llego su autobus y la vi suvirse, se despidio con un hasta mañana y desde arriba me decia adios con la mano. Una estupida sonrisa salia en mis labios, no se porque pero tras un dia tan largo no esperaba la sonrisa.
El camino a casa jamas me parecio tan largo, en mi cabeza no dejaba de aparecer su nombre, su rostro. Cada metro que andabamos encontraba mil cosas que me recordaban a ella, intentaba no pensar, pero cuanto mas lo negaba mas facil entraba en mi cabeza.
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