Allí estaba, la contestación que llevaba días esperando, aquello que había hecho que mi corazón latiera tan deprisa que no sabia como esperar. Abrí el mensaje, como un niño abre los regalo de navidad, y comencé a leer. Mis mejores deseos para este año nuevo que entre, que encuentres todo aquello que deseas y que se hagan realidad todos tus deseos. Un beso enorme.
Pocas veces algo tan corto merece la pena leer tantas veces, esto es lo que me dio fuerza, lo que hizo que mereciera la pena cada instante, cada segundo que había pasado frente a este ordenador, cada segundo de mi vida que había soñado con quien hoy me contestaba. Me ilusione, por una vez me sentí importante, por una vez recordé aquel día en el que con su mano me decía adiós desde el autobús mientras yo miraba al firmamento.
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