Sin embargo y como siempre le ha pasado a Nanster el no saber jugar sus cartas y la falta de experiencia hicieron que el final de este enamoramiento fuera una hoja mas entre los folios en los apuntes. Quizás ella era preciosa, un poco bruta y bastante coqueta, lo que mas me gustaba, pero el destino haría que no fuera para mi.
Era tan guapa como asequible, como se suele decir una chica guapa es como una montaña alta, si fuera fácil tendría banderitas por toda la cima, y esta chica ni siquiera daba oportunidad. Tampoco tuve mucho tiempo para hacer nada, ya que aunque no tenia pareja enseguida lo soluciono saliendo con un compañero de clase que no era yo.
Otro fracaso mas, pero la verdad es que ya uno se acostumbra y en este caso el encandilamiento no duro mucho, simplemente fue una brisa que movió un poco mi velero pero sin llevarlo a puerto.
El tiempo hizo que volviéramos a coincidir y la verdad es que aunque yo si que me acordaba de ella, ni siquiera creo que sepa como me llamo, pero las cosas son asi, amas a quien no te ama y te ama a quien no amas.
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