Aun así sabiendo que no había nadie en su corazón echarle de nuevo mas valor que yo no tenia iba a ser complicado, ademas el tiempo ya jugaba en mi contra, los días se terminan y las ocasiones se cuentan como puntos en una final de tenis. Apenas tenia la opción de verla, todo se reducía a la comida, la cena y pocos momentos mas, difícil esta cuando de las veinticuatro horas tan solo minutos te quedan.
Dos días para marcharme y mi corazón loco pero silencioso, apenas me atrevía a decir unas cuantas palabras que pasaran del hola y adiós. De nuevo veía como tras una sonrisa mostrada guardaría lagrimas de no haber hecho lo que debía. Pero cuando lo que falta es valor, el silencio calla nuestras palabras.
Ya me podría pasar las noches en vela pensando en ella, cada momento del día decidiendo que decir, pero cuando un hombre no sabe como hablar las palabras solo se quedan en una memoria de aquello que nunca dije. Así paso otro día mas, llegando a tan solo dos noches para que me marche y quizás ya nunca mas vuelva a verla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario