sábado, 3 de septiembre de 2016

Capitulo IV: Nanster pag 19

Me marcho con lagrimas en los ojos recordando a esa mujer que tan solo unos dias ha convertido mi corazón en una nueva locura, ha despertado al león que dormia dentro y que ahora no puedo callar. De nuevo me marcho sin haber tenido el valor de haberle dicho nada a esa mujer, a esa que en poco tiempo consiguio llenarme la cabeza de pajaros. Por delante me espera un monton de kilometros y un largo trago de olvidos, de dias tristes y de locuras que hacer.



Cada kilometro recorrido es una palabra borrada de mi cabeza, pero aun asi la distancia no borra su recuerdo de mi. Se secan las lagrimas y de nuevo llego a una casa en la que me espera un presente igual que el pasado y sin mucho futuro. Pero el tiempo quizas sea sabio y haga que lo que nacio como un amor, se marchite como una flor en verano y termine con el olvido de esa mujer, 

Pasaron unos cuentos dias, y si la distancia debia ser el olvido, creo que ni aunque estuviese en la luna podria haberla olvidado. Si en algun momento renacio Nanster es en este momento, cuando la locura llega a superar a lo vivido. 

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