Para muchos de los que habéis leído mis entradas Nanster es el seudónimo de un hombre que se esconde tras unas entradas algo románticas y con ideas poéticas, pero ciertamente es quizás lo que menos haya de verdad. Nanster es todo menos romántico, porque la verdad es que en su treintena de años que tiene no conoce lo que es que lo amen. Esto es lo que lo ha llevado a escribir tantos y tantos relatos que quizás no ocurrieron pero si fueron soñados.
Nací en el seno de una familia obrera de esas que salen a ganarse el pan día tras días, por eso desde muy pequeñito he sabido lo que es ganarse la vida y soñar con tener lujos que eran difíciles de alcanzar. Que no pudiera tener grandes lujos nunca me influyo, porque sinceramente era mas feliz con balón que con una videoconsola. Siempre he estado rodeado de buenos amigos, eso nunca me han faltado, aquellos que te defendían en el colegio, que pasaban la tarde jugando a las canicas o simplemente te ayudaban cuando no sabias hacer los deberes.
Muchas son las anécdotas que se acumulan en esta cabeza, algunas que me hacen reir de alegría, malos momentos que me entristeces y algunos que ya ni el olvido creo que los recuerde. Desde siempre cuando he querido algo lo he tenido que luchar, y algunas veces lo he conseguido y otras no.
Todo comenzó a muy temprana edad, en ese momento en el que dejas de solo jugar al fútbol y comienzas a fijarte en las chicas. En clase siempre había alguna que me gustaba o que al menos te hacia tilin como se solía decir, pero no solían darme mucha bola. Sin embargo debieron pasar varios años hasta que apareció por primera vez alguien que si que me enamoro, ella nunca supo quien era aquel que se escondía tras una decena de cartas pero ahí fue cuando nació el que hoy es Nanster.
No hay comentarios:
Publicar un comentario